Los placeres en la mesa y su origen son una parte importante de la vida y la cultura de muchas sociedades. En este articulo exploraremos los orígenes y evolución a lo largo del tiempo y como han influido en la forma en que podemos valorar la calidad y el servicio hoy en día. ¡Espero que disfrutes leyendo!

Es bien sabido que, de todos los placeres, el que más felicidad nos brinda es el comer. El placer que experimentamos está controlado por una hormona, llamada dopamina, que nuestro cerebro segrega en diferentes cantidades al ingerir alimentos, el cerebro nos recompensa y propicia que volvamos a comer. Estimula la liberación de serotonina y endorfinas, hormonas que mejoran nuestro humor.

Los Placeres en la Mesa y su Origen

A través de los manjares o comidas se activan todos nuestros sentidos, tienen la virtud de trasladarnos a nuestra infancia con solo un sabor, sus olores nos ayudan a evocar ricos momentos guardados en nuestra memoria, donde la vista, el olfato y el gusto son protagonistas.

El sabor y el contenido nutricional de los alimentos inciden en nuestros sentimientos, pero gran parte del placer que nos genera proviene de los recuerdos y experiencias placenteras vividas. Este placer nos ha llevado a transformar la comida en manjares seductores.

A diario somos muchos los que disfrutamos de una experiencia gastronómica más allá de la necesidad, más allá de nutrirnos. Admiramos y probamos, dejando que el placer de comer entre por los cinco sentidos.
«Que tu medicina sea tu alimento y el alimento tu medicina» (Hipócrates)

El origen del placer comienza por la vista

El sentarse a la mesa a disfrutar de este placer se originó en Grecia. Esta civilización se conoce por ser una de las culturas creadoras de la gastronomía. Más que nada por el cuidado y buen gusto que se ponía en el servicio de la mesa, así como la sobriedad en los platillos.

Los griegos. Igual que los etruscos, usaban tumbonas. Solían comer con los dedos por lo cual se limpiaban usando la apomagdalia, una miga de pan que luego era dada a los perros. No usaban platos, los alimentos se colocaban en tablas de madera o en hogazas de pan llamadas mensa, que al final se comían como parte del banquete.

Desde Grecia se fue multiplicando, en las cortes y palacios, el querer disfrutar el placer de la buena mesa. Estaba disponible solo para un pequeño grupo, los reyes y aristócratas.

Dando origen AL MESÓN. Un espacio en donde el fin práctico del negocio era alimentar a los viajeros y forasteros, la cultura de ocupar el tiempo ocioso en salir a comer y divertirse aún no existía.

Mas en el año 1765, el Sr Boulanger, quien era cocinero en el palacio del rey, tuvo la brillante idea de convertir su local, situado en la Rue Des Pauléis de París, en un restaurante. Boulanger, comenzó preparando caldos fortificados y de esto paso a tener una nutrida carta con varios platos.

Este cocinero colgó un cartel en latín que decía “veinte ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos”. El eslogan “venid a mí, hombre de estómago cansado, y yo os restauraré”, dio origen a la palabra restaurante, que logró convertirse en la singularidad de todos los locales hasta nuestros tiempos, a imitación del establecimiento de nuestro cocinero Boulanger.

Los restaurantes fueron cambiando su estilo de taberna a grandes salones, llenos de lujo y comodidad, que invitan al placer de comer.

Los orígenes de comer en mesa

La emoción gastronómica está vinculada a la cocina gourmet, está basada en sensaciones, gustos e incluso estados de ánimo, demostrando que se trata de un concepto profundamente enraizado a la vida misma. Sin embargo, la emoción por la buena cocina es un placer que se puede cultivar y mejorar con el tiempo. Si crees que la emoción gastronómica puede encontrarse como una revelación tangible y universal, te equivocas. Por ello, lo mejor es que centres la experiencia en tus gustos y en las nuevas vías que el placer de comer rico, sabroso, rodeado de buena atención y confort, te puede plantear.

La gastronomía y la buena comida nos permiten encontrar matices, abrir un diálogo silencioso con el chef, vincular la emoción con el sentido y descubrir el buen arte en los manjares.

El placer por la buena comida triunfa en el mundo entero, y quizá la clave sea esta perspectiva artística, que no solo nos lleva hacia nuevas propuestas de alta cocina, sino que también nos permite conocernos mejor a nosotros mismos.

La calidad en el servicio de un restaurante es una parte fundamental para alcanzar el éxito en el desempeño de sus operaciones.

Esta corresponde al grado de satisfacción que experimenta un cliente relacionado con la atención recibida, la eficiencia del servicio y la manera en que el servicio fue entregado.  

Hemos llevado tan lejos este placer que hoy por hoy, cambiamos las maneras de atender a los clientes y transformamos los tipos de servicio.

Ya no dependemos de grandes brigadas formadas por mucho personal, lo estamos reduciendo a uno solo, que llamamos Asesor de Experiencias Gastronómicas. Es un profesional en el área de la gastronomía y en el Arte de servir la mesa, posee un amplio conocimiento referente a los manjares y bebidas, complementado por un conjunto de habilidades y destrezas, sabe moverse con soltura, elegancia y de forma educada entre los clientes, sabe cómo entrar y salir del servicio, como armonizar nuestros manjares con vinos u aguardientes.


Hoy en día los restaurantes están clasificados por categorías y es tan reñida la competencia creada entre la buena comida, el lujo, la comodidad y la atención al cliente, que existen las afamadas Estrellas Michelin y la categoría por Tenedores o Los Soles Repsol 

Sobre las estrellas. Todo empezó en el centro de Francia, en 1899, cuando los hermanos André y Edouard Michelin fundaron la empresa. Para ofrecer un valor agregado, a cada uno de sus clientes le daban una pequeña guía de tapas rojas. Había mapas, instrucciones para cambiar una rueda y sugerencias de lugares para comer y alojarse.

Las definiciones se introdujeron en 1936 y se mantienen en la actualidad, son símbolo de excelencia culinaria. Después de 20 años, el librito fue ganando relevancia.

Conscientes del interés que generaba la sección de Hoteles y Restaurantes, los hermanos reclutaron a un equipo de inspectores secretos.

Ellos visitaban de forma anónima cada restaurante y los calificaban con un rango de 1 a 3 estrellas. La guía fue ganando relevancia, lo que hizo que los hermanos establecieran rigurosos criterios para establecer qué son las estrellas Michelin y cómo otorgarlas.

Actualmente, es referencia indiscutible de cuáles son los mejores restaurantes del mundo.  

A continuación, detallaremos cuál es el proceso y qué es lo que premian (Clarín, 2019): 

La valoración se basa solo en el plato: su calidad, combinación de sabores primarios, entre otros aspectos. No influye la decoración, servicio ni confort del local.

Una estrella significa que ese lugar ha desarrollado una cocina de gran fineza; dos 2 estrellas se refieren a una cocina excepcional, y tres estrellas representan a una cocina única.

Las visitas de los inspectores son anónimas.

Los restaurantes que reciben 1 estrella fueron visitados 4 veces; los que reciben dos estrellas, 10 veces, y los que reciben 3 estrellas, más de 10 veces, y son evaluados por más de un inspector (Directo al Paladar, f.).

Tambien hay chefs con estrellas Michelin. Si bien premian a los restaurantes, al hablar de qué son las estrellas Michelin también cobran relevancia los chefs, a final de cuentas los platos son el resultado de sus creaciones.

Referente a la clasificación de los Restaurantes por Tenedores, cambiados actualmente por Los Soles Repsol son las prestigiosas distinciones que se atribuyen a los mejores Restaurantes y Cocineros. Son símbolo de excelencia culinaria. Los otorga La Asociación de amigos de la Real Academia de Gastronomía y la Cofradía de la Buena Mesa.

Seleccionan y valoran los restaurantes teniendo en cuenta estos aspectos principalmente:

  • La calidad de la excelencia culinaria.
  • La calidad de la materia prima y su trasformación.
  • El respeto por la cocina de la región, su carta de vinos y el servicio de mesa.

 Las categorías eran:

  • 5 tenedores = Restaurante de Lujo
  • 4 tenedores = Restaurante de 1ª categoría
  • 3 tenedores = Restaurante de 2ª categoría
  • 2 tenedores = Restaurante de 3ª categoría
  • 1 tenedor    = Restaurante de 4ª categoría

Todo esto ha sido perfeccionado para poder disfrutar al máximo de este placer que comenzó en la antigua Grecia y que, a pesar de tener varios siglos, hoy en el siglo 21 año 2023, vemos en todos los restaurantes, vendedores de experiencias gastronómicas.  Platos bellamente equilibrados y hábilmente elaborados para degustar en elegantes comedores y seguimos perfeccionando el placer de comer, para el disfrute de todos aquellos estómagos cansados.

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